18 may 2010

Cuadernos de filología italiana, Volumen extraordinario 2009

Libro de las ciento novelas el cual compuso Juan Bocacio de Certaldo

Aquí comiença el prólogo d’este libro

CAPÍTULO I.
En que muestra el tiempo en que este libro fue fecho e la grave pestilencia que fue fecha en Florencia

CAPÍTULO II.
De la crueldad e malicia de aquella pestilencia

CAPÍTULO III.
Cómo las dueñas que fizieron estas novelas se juntaron en la eglesia

CAPÍTULO IV.
Del consejo que dio Pampinea a las otras dueñas

CAPÍTULO V.
De cómo las dueñas loaron el consejo

CAPÍTULO VI
De cómo los tres gentiles moços entraron en la iglesia

CAPÍTULO VII.
De la dispusición del logar do fueron primero

CAPÍTULO VIII.
Cómo las siete dueñas e tres moços eligieron a Pampinea por reina

CAPÍTULO IX.
Cómo todos se acordaron al novellar antes que a otro juego ninguno

CAPÍTULO X.
Cómo se razonó Panfileo antes que novellase

CAPÍTULO XI.
Cómo Cercia Pelleto de Prado, faziendo mala vida e en la fin falsa confesión, fue avido por santo

CAPÍTULO XII.
Cómo Abrahán judío a instancia de su amigo Juanoto fue a Roma e, non embargante lo que vido, se tornó cristiano

CAPÍTULO XIII.
Cómo Melchisedeque judío se sopo librar del peligro del Saladito

CAPÍTULO XIV.
De cómo la marquesa de Monferrad fabló al rey de Francia

CAPÍTULO XV.
De cómo un buen ombre reprehendió la ipocresía de un fraile

CAPÍTULO XVI.
De cómo micer Guillelmo Bolsiel sutilmente reprehendió a micer Armiño de Grimaldo

CAPÍTULO XVII.
De cómo la dueña Guiana respondió al rey de Chipre

CAPÍTULO XVIII.
Cómo maestro Alberto de Boloña reprehendió a las dueñas

CAPÍTULO XIX.
Cómo los tres burladores florentines se fallaron burlados

CAPÍTULO XX.
De los tres moços e tres doncellas de Marsella

CAPÍTULO XXI.
De cómo Fresco de Cialítico reprehendió a su liavana sobrina

CAPÍTULO XXII.
De micer Guierri Espini e de Cisti Fornero

CAPÍTULO XXIII.
De micer Forese e del pintor Guieto

CAPÍTULO XXIV.
De tres moços florentines que burlaron a un juez en Florencia

CAPÍTULO XXV.
De la preñez del pintor Calandriano

CAPÍTULO XXVI.
Del Fortarigio e del Anguiolero

CAPÍTULO XXVII.
Del obispo de Florencia e de madona Loba de Pulla

CAPÍTULO XXVIII.
De micer Corado e de Chinchibio, su cozinero

CAPÍTULO XXIX.
Del Saladino e de micer Corrello de Pavía

CAPÍTULO XXX.
De la sabia respuesta de Guido Cavalgante

CAPÍTULO XXXI.
De cómo frey Cebolla en su sermón engañó a los cercaldeses

CAPÍTULO XXXII.
De Cimón e de la su Egenia

CAPÍTULO XXXIII.
De Tito Quincio romano e de Gesipo e de Sofornia, que creyendo ser muger de Gesipo es de Tito Quincio

CAPÍTULO XXXIV.
De los consejos que dio Salamón a dos moços

CAPÍTULO XXXV.
Del rey don Alfonso de España e del cavallero de Florencia

CAPÍTULO XXXVI.
De Pedro Bocanegra e su amiga madona Angeleta

CAPÍTULO XXXVII.
De las dos piedras de Landolfo Rufoli

CAPÍTULO XXXVIII.
De madona Orta e micer Gueri Espini

CAPÍTULO XXXIX
Del rey de Aragón e de Cecilla e de Juan de Prócida
CAPÍTULO XL
De Arigeto Capacio e su muger madona Berítola

CAPÍTULO XLI.
De Medrídanes que, seyendo embidioso de la cortesía de Natán, fue por lo matar e reconociéndolo en el monte su amigo se tornó

CAPÍTULO XLII.
Cómo, yendo micer Francisco por potestad a Milán, demandó un palafrén al Cima, el cual amava a su muger e por esto gelo dio, e cuidando engañar fue engañado

CAPÍTULO XLIII.
De cómo Cancredi, príncipe de Salerno, mató al amante de su fija e en una copa de oro el coraçón a la fija embió, la cual se mató

CAPÍTULO XLIV
De Nastasio e de la visión que vido amando a una de los Travesarios

CAPÍTULO XLV.
De cómo Fadrique ama e non es amado, e en cortesía despendiendo se consume; el cual, non aviendo más de un falcón, a la dona suya lo dio

CAPÍTULO XLVI.
De cómo micer Licio de Balbuena falló a su fija con el ruiseñor en la mano

CAPÍTULO XLVII.
De cómo Paganino de Mónago robó la muger de micer Recardo de Quincia: con él la muger non quiso vevir

CAPÍTULO XLVIII.
De cómo Ludovico descubrió a madona Beatriche el amor que le ha, la cual embió a Égano su marido en un jardín en forma de sí e con Lodovico se yaze

CAPÍTULO XLIX.
De cómo Lidia, muger de Nicóstrato, le mató un gavilán e le sacó un diente e un repelón de la barva por contentar a Pedro, su amante, e con él se solaza

CAPÍTULO L
De un escolar que ama a una dueña biuda, la cual es enamorada de otro e una noche de invierno le faze estar sobre la nieve a la esperar; a la cual el escolar, mediado jullio, faze estar encima una torre desnuda a las

CAPÍTULO LI.
De un mercador celoso que, faziéndose clérigo, se fizo confesor de su muger por la engañar e fue engañado

CAPÍTULO LII.
De una dueña que era enamorada de Leoneto, e estando con él, vino otro amante suyo; e estando entrambos dentro, vino el marido e fízole creer que non era nada de lo que fecho avía

CAPÍTULO LIII
De cómo la muger de Arigucho se ató un filo al pie por do avía de tirar su amante cuando viniese e su marido lo sentió, d’ella lo desfizo

CAPÍTULO LIV.
De cómo la muger de Nicolucio fue enterrada por mano de sus parientes; micer Gentil, seyendo d’ella enamorado, la desenterró

CAPÍTULO LV.
De cómo Giliberto embió su muger a su amante, el cual, guardando su honra, gela tornó a embiar

CAPÍTULO LVI
De cómo el rey Carlos el Viejo, oyendo la beldad de un jardín que un cavallero avía, se fue allá a solazar; e seyendo bien recebido del cavallero e cenando con él, se enamoró de dos sus fijas e por consejo del conde Guido las casó como si fuesen sus fijas

CAPÍTULO LVII.
De cómo el mayordomo don Juan Letenigue, seyendo casado con madona Teresa, se enamoró de un joven llamado Fadrico e estando en uno vino Fadrico

CAPÍTULO LVII.
De cómo el mayordomo don Juan Letenigue, seyendo casado con madona Teresa, ella se enamoró de un joven llamado Fadrico e estando en uno vino Fadrico e llamó a la puerta, ca se levantaron ambos e ella lo espantó

CAPÍTULO LVIII.
De cómo Peronela, seyendo casada, se enamoró ella e Juan Estimaço e de cómo, él estando con ella, veno el marido e de cómo fizo salir al amigo de la cuba e gela vendieron ambos

CAPÍTULO LIX.
De cómo Recardo de Sena, seyendo enamorado de una dueña, se fizo fraile e la solicitó fasta que alcançó con ella cuanto quiso

CAPÍTULO LX.
De cómo madona Guita, muger de Cófano, pensando que oviese embriagado a su marido fue a casa de su amante e de lo que le avino



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